Plástico
Consecuencias y daños
Alejandro Burgos Vélez
La invención del plástico ha revolucionado la industria y la cotidianidad humana. Este compuesto es la materia prima de la mayoría de objetos que nos rodean. Si bien posee características estructurales y funcionales excepcionales, su producción atenta contra el derecho a la vida, a la salud y el bienestar de numerosas comunidades. Al mismo tiempo, contribuye al cambio climático mediante la emisión de grandes cantidades de metales pesados y sustancias nocivas que contaminan el aire, el suelo, las fuentes de agua y los ecosistemas terrestres y marinos.
Extracción, Fabricación y Emisión de Gases de Efecto Invernadero
Los plásticos son derivados del procesamiento de petróleo, carbón y gas natural. El petróleo es la materia prima más importante para su producción. A partir de la extracción de combustibles fósiles comienzan las violaciones de los derechos humanos a diversas comunidades en América Latina, África y en otras partes del mundo, además de la contaminación ambiental de los territorios alrededor de los yacimientos mineros. Del mismo modo, durante la transformación en plástico se genera una alta emisión de sustancias tóxicas, como óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, dióxido de carbono, entre otras, que agravan el calentamiento global y generan serios problemas de salud.
Debido a los bajos costos de producción y a la alta demanda, se producen diariamente grandes cantidades de producto. De hecho, en los últimos diez años se ha producido más plástico que en toda la historia de la humanidad. Sin embargo, la mayor parte del plástico no se recicla ni se reutiliza tras su consumo. En efecto, de los 8.300 millones de toneladas de plástico producidas desde 1950, únicamente se ha reciclado el 9%.
Disposición final del plástico y emisiones de CO2 a 2050
Gran parte de los residuos plásticos son incinerados o depositados en vertederos. Los vertederos suelen estar ubicados junto a zonas habitadas por personas de escasos recursos que están constantemente expuestas a la contaminación del aire, el agua y el suelo y a agentes infecciosos como virus, bacterias y hongos. Durante la degradación, el plástico emite gases como el metano y el etileno, agravando los procesos de cambio climático y vulnerando la salud y el bienestar de las comunidades.
Por otra parte, la incineración a cielo abierto se ha convertido en una práctica habitual en muchos países, en gran parte debido a la mala gestión de los residuos y a su acumulación. Este proceso libera grandes cantidades de dióxido de carbono, carbono negro, dioxina y otros compuestos, además de sustancias de material sólido como ceniza, que aumentan los niveles de metales pesados y compuestos nocivos en el medio ambiente.
Es importante mencionar que la producción de plásticos y la incineración de residuos podrían generar 56.000 millones de toneladas de emisiones de CO2 de aquí a 2050, de modo que, la industria del plástico consumiría por sí sola entre el 10% y el 13% del presupuesto de carbono restante para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C con respecto a los niveles preindustriales.
Exportación de residuos
A Malasia, Tailandia e Indonesia se exportan regularmente contenedores llenos de plástico reciclados provenientes de América del Norte, Europa y Asia. Estos tres países del sudeste asiático son los nuevos receptores de residuos plásticos, tras la restricción de la importación de residuos por parte de China en 2017, que durante años fue el depósito mundial de desechos.
Asimismo, el flujo de residuos plásticos desde Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe ha aumentado desde 2020, lo que podría convertir a la región en un nuevo vertedero mundial en pocos años, afectando los derechos fundamentales de muchas comunidades y el medio ambiente.
Efectos en el ecosistema marino y el plástico en la cadena alimentaria
Anualmente ingresan millones de toneladas de residuos plásticos a los océanos, afectando el ecosistema marino y las comunidades costeras. Además de agravar la acidificación y reducir la absorción de dióxido de carbono de los océanos, los residuos plásticos provocan el atrapamiento o la constricción de animales marinos. Las redes de pesca abandonadas son los objetos más mortíferos para la vida marina, al provocar graves lesiones y la muerte por estrangulamiento, asfixia o laceración. Adicionalmente, destruye importantes hábitats marinos como los arrecifes de coral y los manglares. Así mismo, se han encontrado restos de plástico en diferentes tipos de aves, tortugas, peces y mamíferos marinos. La ingestión de plástico puede tener múltiples efectos sobre la salud de los animales, como la obstrucción o perforación del intestino o la reducción de la capacidad del estómago, lo que provoca una falta de apetito y una falsa sensación de saciedad, causando su muerte por inanición.
Las partículas de plástico existentes en la fauna marina ingresan en la cadena alimentaria, lo que representaría una grave amenaza para la salud humana. En concreto, una persona consume anualmente unos 50.000 trozos de plástico e inhala una cantidad igual. Las consecuencias a largo plazo en el cuerpo humano son todavía inciertas, sin embargo, los expertos en el tema están investigando la relación entre la ingesta de micropartículas de plástico con trastornos metabólicos, enfermedades cardiovasculares, cáncer, envejecimiento prematuro y reacciones inflamatorias.
Especial afectación a comunidades costeras y a pescadores
La proliferación de microplásticos en los océanos contribuyen a la distribución de especies invasoras no autóctonas, como algas nocivas que afectan los arrecifes de coral, destruyendo las zonas de reproducción y cría de las fuentes de alimentos marinos, provocando la pérdida de especies que desempeñan un papel importante en el medio ambiente y que al mismo tiempo son la fuente primaria de ingresos y alimento de comunidades costeras. En este sentido, muchas comunidades que dependen del pescado como principal fuente de proteínas pueden enfrentarse a la malnutrición al no poder permitirse ninguna otra fuente de alimento. Adicionalmente, la contaminación por residuos plásticos en las zonas costeras perjudica el sustento de comunidades y organizaciones solidarias que viven del bioturismo responsable, especialmente en países tropicales que tienen una menor capacidad financiera en comparación con los países del norte global para hacer frente a este problema.
Alternativas
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