El Monocultivo
Consecuencias y daños
Thorsten Moll
Iniciativa Cristiana Romero e.V.
Para aumentar el rendimiento y reducir los costos, la agricultura industrial recurre a los monocultivos. Esto significa que se planta un mismo cultivo en la misma zona durante varios años seguidos. Uno de los métodos para conseguirlo consiste en depejar grandes áreas de bosque mediante la tala y quema. La destrucción de estas zonas forestales no solo significa la pérdida de biodiversidad, erosión del suelo y contaminación de aguas subterráneas, sino también una violación de derechos individuales y colectivos.
Violación de los derechos humanos
El surgimiento de los conflictos se presenta sobre todo cuando las empresas quieren utilizar grandes extensiones de tierra para hacer plantaciones de monocultivos, en terrenos que pertenecen a pequeñxs productorxs o comunidades indígenas. Sin el robo masivo de tierras, a menudo violentamente o mediante corrupción, la expansión de los monocultivos a escala actual no sería posible en absoluto, como es el caso del cultivo de palma de aceite o de banano. Muchas personas pierden sus tierras en manos de estas empresas y se quedan sin la posibilidad de cultivar sus alimentos.
Existen además otros problemas. El monocultivo requiere grandes cantidades de agua y, además, los pesticidas y los residuos suelen acabar en los ríos. Esto produce que el agua sea escasa e inutilizable. Así, cultivos como el de la palma de aceite y el de banano amenazan los medios de subsistencia de muchas comunidades que, por ejemplo, han vivido durante siglos de la pesca o la agricultura. En este caso, se están violando de forma visible el derecho al agua y a la alimentación.
Ejemplos de Colombia
Colombia ocupa el primer lugar en las estadísticas mundiales de personas desaparecidas o desplazadas por la fuerza. En las regiones mineras o de monocultivos las estadísticas son significativamente más elevadas. Además, se ha documentado que lxs productorxs bananerxs y de aceite de palma han cooperado directamente con grupos paramilitares. A modo de ejemplo, cabe citar el caso de Chiquita Banana, empresa que fue condenada en los EE. UU. por financiamiento y contratación de grupos terroristas (paramilitares) en Colombia. Durante décadas, esta empresa ha causado daños inconcebibles en Colombia con el fin de hacer valer sus intereses. En 1920, cuando la empresa todavía se conocía con el nombre de United Fruits Company, dio la orden de asesinar a más de 1.000 sindicalistas. Otro caso ejemplar es el manejo directo del negocio del aceite de palma por parte de grupos paramilitares.
Debilitamiento de las instituciones locales
Corporaciones como Chiquita Banana están alimentando los conflictos interestatales en América Latina con el fin de apropiarse más fácilmente de la tierra, generando un ambiente de temor, imponiendo bajos salarios y malas condiciones de trabajo e incluso luchando contra lxs sindicalistas. Las empresas suelen argumentar que sus actividades crean puestos de trabajo, sin embargo, esto no suele beneficiar a las comunidades indígenas que han sido despojadas de las tierras que les dan su sustento. Por otra parte, el trabajo en las plantaciones tiene lugar en condiciones de explotación o esclavitud: los salarios no abastecen las necesidades de una familia, la carga laboral es extenuante, lxs trabajadorxs no disponen de suficientes medidas de protección en el lugar de trabajo y los sindicatos son reprimidos.
Efectos locales del cambio climático en el Sur Global
Las violaciones de los derechos humanos y un estado de derecho quebrantado son la base de la agricultura industrial, que posteriormente conduce a la deforestación de la selva tropical y a un aumento masivo de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Para muchas comunidades desplazadas por los monocultivos, la agricultura de subsistencia desempeña un papel importante(1). Estxs pequeñxs productorxs se ven especialmente afectadxs por los efectos del cambio climático. En el corredor seco de América Central, por ejemplo, se han producido repetidas pérdidas de cosechas en los últimos años debido a fenómenos meteorológicos extremos como sequías y fuertes lluvias. En esta árida región los fenómenos meteorológicos afectan a la población particularmente vulnerable, haciéndola dependiente de la ayuda alimentaria. En algunos casos, las personas también se ven obligadas a abandonar sus comunidades temporalmente.
Destrucción de la naturaleza
En los monocultivos, las plantas extraen cantidades desproporcionadas de nutrientes del suelo, por consiguiente, es menos capaz de almacenar los nutrientes, que luego se filtran en el agua subterránea. Los nutrientes que faltan deben ser reemplazados por un uso intensivo de fertilizantes artificiales, lo que perjudica la fertilidad del suelo y aumenta aún más la necesidad de estos fertilizantes artificiales. Además, los monocultivos son también mucho más susceptibles de sufrir plagas, por lo que se utilizan plaguicidas a gran escala, envenenando aún más las aguas subterráneas. Un círculo vicioso por el que no sólo se ve afectado el suelo, sino también las fuentes de agua. Tanto la biodiversidad como los suelos se han visto sometidos a un gran estrés y sobreexplotación.
Cambio climático
La agricultura industrial y en especial los monocultivos causan hasta el 30% de los gases de efecto invernadero a nivel mundial. Ya con la tala y quema de bosques o la desecación de los páramos para las plantaciones, se libera a la atmósfera una gran cantidad de CO2. Cuando el suelo está dañado, pierde su capacidad de almacenamiento de CO2. Asimismo, la producción de fertilizantes utilizados en los cultivos consume una gran cantidad de energía.
Es interesante observar que por ejemplo el aceite de palma que se cultiva en grandes plantaciones de monocultivo en Indonesia, Malasia y también en Latinoamérica, se utiliza en Alemania. Su uso se da principalmente para la producción de biocombustible, que a su vez tiene como objetivo reducir las emisiones de CO2 y así mitigar el cambio climático. Esto demuestra una vez más que lo contrario de lo bueno es lo bienintencionado.
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Agricultura ecológica solidaria
La agricultura en pequeña escala(2) tiene muchas ventajas sobre la agricultura industrial. Por ejemplo, requiere menos tierra y energía para producir alimentos. Por lo tanto, es más eficiente. Con el fin de contrarrestar los efectos del cambio climático, es necesario además, promover una agricultura diversificada e integrada que alivie el cambio climático y sea más resistente a sus efectos. Por lo tanto, en lugar de subvenciones para la agricultura industrial, deben promoverse las estructuras agrícolas en pequeña escala.
También es importante rescatar la producción a nivel regional y estacional. El procesamiento y transporte de los alimentos industriales consumen mucha energía, por lo que también generan una gran cantidad de CO2.
Alternativas
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Fuentes:
[1] La agricultura de subsistencia es el término que se utiliza para describir todas las formas de actividad económica -principalmente agrícola- cuyo objetivo de producción es, en la medida de lo posible, la autosuficiencia a fin de asegurar el sustento de una familia o una pequeña comunidad. En la estrategia tradicional de subsistencia, no hay orientación de mercado, ni una pronunciada división del trabajo y no hay motivo de lucro.
[2] El concepto de "Agricultura Solidaria" es un buen ejemplo de modelos ecológicos y solidarios. Un grupo de consumidores coopera con una o más granjas. Los consumidores pagan una contribución mensual fija por la que reciben una parte de la cosecha. En algunas granjas, los consumidores también pueden "invertir" una cantidad mayor, por la que luego reciben alimentos en lugar de intereses. Mediante esta participación de los consumidores, los agricultores reciben una garantía de compra y, por lo tanto, una seguridad de planificación. Por regla general, las granjas siguen ciertos criterios ecológicos en su cultivo.